La Isla de Cuba

LA ISLA DE CUBA
Conquistadores, pobladores y libertadores

Juan Bruno Zayas de la Portilla
Autor de Orígenes

La isla de Cuba, caimán milenario que descansa al sol perenne del Caribe, bañado por las inquietas aguas del Golfo de Méjico, la llave del nuevo mundo, la más occidental de las Antillas Mayores, de tierra fecunda, cubierta por una rica y espesa flora, con sierras adjuntas al mar, adornadas de tupidos bosques, de colorida vegetación y frutas por doquier como si fueran flores; sin animales feroces ni culebras venenosas, con arenosos ríos y playas paradisíacas, debió ser sin dudas el lugar idóneo para la raza noble y sedentaria que la habitó durante muchos siglos.

Los primeros de la raza cobriza en darle contenido humano a la isla fueron los Siboneyes. Su presencia duró miles de años sin que su cultura mostrara algún avance significativo. Luego, a mucha distancia en el tiempo, llegaron los Taínos, otra raza cobriza procedente de América del Sur, llegada por la parte oriental de la isla, que por su superioridad llegaron a dominar casi todo el territorio sin mucha resistencia. Los Siboneyes que no huyeron fueron sometidos a la servidumbre y los que se animaron a eludir la esclavitud huyeron hacia el extremo occidental de la isla, donde permanecieron habitando en las cuevas, de la forma más primitiva, hasta su extinción. Estos conquistadores, aunque algo más adelantados que los primeros habitantes, también se ajustaron al ambiente sedentario del paraíso y tampoco avanzaron a la par de sus parientes en el continente. Tanto los unos como los otros, por la benignidad del clima, la fertilidad del suelo y la abundancia de la caza y la pesca, sólo pasaban la vida vegetando en imperturbable convivencia con sus vecinos; razón por la que prescindían de armas bélicas.

Cristóbal Colón

Así las cosas hasta el regreso de las tres carabelas. En la hermosa mañana del jueves 12 de junio de 1494 el Gran Almirante, frente a las costas de Guaniguanico,1 en el extremo sur occidental de Cuba, ordena al Escribano Fernán Pérez de Luna que tomase testimonio de toda la tripulación y levantara una acta declarando que navegaban a lo largo de tierra firme (continental) de la India. Le instruye: que el que tuviera alguna duda lo dijera para convencerlo, y que una vez firmada dicha acta el declarante no cambiaría de opinión so pena de diez mil maravedíes de multa y la pérdida de la lengua.2

Pareciera que la obsesión con los relatos de Marco Polo sobre su viaje a Catay (la China) hubiera influenciado grandemente la percepción del Gran Navegante, haciéndole creer que estaba frente a las costas de una península de Catay, donde pronto establecería contacto con el Gran Kan. Pues, al final de su viaje anterior (el primero), en un informativo completo de sus exploraciones enviado a su amigo Luis de Santángel, Secretario de los Reyes Católicos, le aseguraba (sólo por información recibida de los indios) que la tierra que había descubierto y nombrado Juana en honor al Príncipe Juan, primogénito de los Reyes Católicos, era una isla.3 La idea de que Juana era parte de un continente la albergó (quizá por conveniencia) hasta que le sorprendió la muerte en 1506.

Diego Colón

Ante el desconcierto, aún en vida del Descubridor, de si Cuba era una isla o parte de un continente, el gobernador de La Española, Nicolás de Ovando, ordena su bojeo, en 1509, a Sebastián de Ocampo, un hidalgo natural de Galicia que le había acompañado en su segundo viaje y reconocido con él la mayor parte de sus costas meridionales. Éste con sus dos carabelas, diferentemente a Colón, comienza su derrota por la costa norte con dirección al poniente.4 Llega a una bahía a la que los aborígenes llamaban Jabana (hoy Habana), donde carenó sus naves, por lo que le nombra Puerto de Carenas. De ahí, navegando siempre hacia occidente, divisa un cabo (hoy de San Antonio por Antón de Alaminos) y lo rodea, cambiando el rumbo hacia el Este, hasta llegar a la zona recorrida por Colón, quedando aclarado el dilema. La circunnavegación realizada por Ocampo invalida una acta levantada por Colón 15 años antes, donde afirmaba que Cuba era parte de un continente. Cuba es una isla.

Esta nueva revelación acelera las ambiciones de la Corona. Por orden de Fernando V «el Católico» y la eficaz colaboración del nuevo gobernador de La Española, Diego Colón (hijo del Almirante) y su fiel, rico y ambicioso ejecutor, Diego Velázquez de Cuéllar, comienza la conquista castellana. En nombre de Dios y del Rey, había que pacificar y cristianizar los nuevos territorios descubiertos. A troche y moche, como una aplanadora, allanando todo reducto de resistencia a los propósitos hegemónicos del mecanismo conquistador, era, tan paradójicamente, a lo que llamaban pacificar. ¡Pacificación de un jardín edénico donde ya reinaba la paz!

Trayectoria de los Conquistadores.

Partió Velázquez del puerto de Salvatierra de la Sabana, población fundada por él, en el occidente de La Española (hoy la República de Haití) el 7 de noviembre de 1511, con cuatro carabelas y poco más de trescientos voluntarios, entre ellos dos jóvenes hasta entonces desconocidos: Hernán Cortés y el Padre Bartolomé de Las Casas. El primero, afamado conquistador de Méjico y el segundo, el gran redentor de los aborígenes y promotor de la esclavitud de los negros.

Arribaron a los dos días a la Punta de Maisí en la parte más oriental de Cuba, donde los indios, otrora pacíficos anfitriones, ahora los esperaban sublevados, al mando de un cacique dominicano, de Guahabá en el cacicazgo de Jaragua, llamado Hatuey, que había escapado de las matanzas llevadas a cabo por el propio Velázquez y sus compañeros en su natal isla de Quisqueya, donde fue ejecutada la noble Anacaona (Flor de Oro), mujer del rebelde Cacique Caonao. Ante la superioridad castellana, la oposición de los cubanos fue infructuosa. Velázquez los persiguió sin tregua por varios meses hasta capturar al propio Hatuey en el poblado de Yara, en las cercanías de Bayamo, donde lo condenó a morir en una hoguera, quedando así sometidos todos sus seguidores. Se produce en esta inhumana ejecución un diálogo, muy sonado en la historia de Cuba, entre el condenado y el Fraile Juan de Tesín,5 un religioso franciscano que intentaba bautizarlo dizque «para que pudiera ir al cielo» , a lo que contestó Hatuey «si en el cielo hay españoles no quiero entrar allí».

Diego Velázquez

Concluida la fácil conquista comienzan la exploración y la colonización de la isla. El poblado que los indios llamaban Baracoa, por su cercanía a La Española, sede en aquella época del mando español en el Nuevo Mundo, es escogido por Velázquez para establecer la primera villa española en suelo cubano, y en febrero de 1512 la bautiza con el nombre de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa. Sucesiva y arrolladoramente los conquistadores, al mando de Pánfilo de Narváez, un adepto de Velázquez recién venido de Jamaica, se van desplazando y fundando nuevas villas. El 5 de noviembre de 1513 se funda la villa de San Salvador, en el mismo caserío aborigen de Yara donde fue sacrificado Hatuey, la que a finales de 1514 es trasladada a su lugar actual, que también era un poblado taíno (a priori siboney) llamado Bayamo, el cual quedó entonces rebautizado con el nombre de San Salvador de Bayamo.6 En 1514 fueron fundadas las villas de Sancti-Spíritus, Trinidad, Santa María de Puerto Príncipe (hoy Camagüey). El 25 de julio, también de1514, fue fundada la primera ciudad de San Cristóbal de la Habana en la costa sur, en los alrededores de lo que es hoy Batabanó; escogiendo este punto por su posición geográfica con relación al continente sur que iniciaba su gran producción de oro, al cual serviría de centro de operaciones. Pero, la cantidad de mosquitos y la inhospitalidad en general del sitio causaron que, en corto tiempo (de 1518 a 1519), el caserío, con título de villa, la futura capital, fuera paulatinamente reubicada a su lugar actual.7 Finalmente, en 1515, se funda a Santiago de Cuba, a donde, por su magnífica bahía, trasladó Velázquez su residencia y el gobierno de la isla en 1522. Quedan así fundadas las primeras siete villas con sus correspondientes ayuntamientos. En 1514 quedó fundado también el poblado de San Juan de los Remedios, sin la cualidad de villa por no haber constituido ayuntamiento. 8 Fue una dependencia del de Sancti-Spíritus. Esto, se cree, fue debido a la voluntad de Vasco Porcallo de Figueroa, su fundador, que hizo de Remedios su feudo, gobernándolo a su antojo hasta su muerte, por 1550.

Padre De las Casas

En 1517, a penas a dos años de haberse constituido las primeras poblaciones, comenzaron los preparativos expedicionarios para la conquista de Méjico y de los territorios continentales, las cuales atrajeron a la mayoría de los conquistadores y primeros fundadores, hombres ambiciosos y de carácter aventurero. Esto, y la acelerada desaparición de los indios, a resulta de las epidemias, o porque huían a otras islas menores escapando del maltrato, o bien porque fuesen vendidos a los vecinos de La Española, hizo que por 1520 la nueva colonia quedara prácticamente despoblada.

Después del descubrimiento y el subsiguiente proceso de exploración y colonización, seguido por el éxodo que provocó la fiebre del oro, fueron atraídos a la isla muchos españoles de carácter audaz y laborioso que fueron, primeramente, repoblando las abandonadas localidades recién fundadas bajo el gobierno del Adelantado Diego Velázquez de Cuéllar, doblando para 1550 la cantidad de vecinos existente en 1520, y luego creando nuevos pueblos y ciudades, fomentando, ulteriormente, los cimientos para la incipiente nación hispano cubana. A pesar de que la mezcla entre los primeros cubanos y los recién llegados fue muy latente, los segundos, especialmente sus retoños isleños, que gradualmente ocuparon el espacio que iban dejando los desventurados cobrizos en su camino a la desaparición, pasaron por un proceso de transculturación que pronto los hizo muy diferentes a sus homónimos peninsulares. Criollos, era el nombre de esta nueva etnia que se acababa de gestar. Éstos, poco a poco, se iban alienando de la Metrópoli, que a su vez no les veía con los mismos ojos que a los nacidos en la Península, excluyéndoles del gobierno de la Isla, más y más cada día. El despotismo y la arbitrariedad gubernamental de los Capitanes Generales y de sus camarillas de corruptos funcionarios, ocasionaron que el estado de animosidad entre Criollos y Peninsulares aumentara a tal punto que, en varias generaciones, la coexistencia entre ambos grupos se hizo insostenible. Y, nuestros patricios criollos, convencidos de la irreconciliable situación, se organizan y le declararan la guerra a la Madre Patria, alcanzando la separación total y definitiva del Caimán y del León Imperial.

Suplicio de Hatuey

Vinieron, pues, estos nuevos pobladores, a cubrir posiciones administrativas, militares o clericales, y en busca de fortunas. Eran, en la mayor parte, de otra casta diferente a los conquistadores. Muchos eran miembros de la pequeña nobleza, gente letrada y más culta, que se dedicó a fomentar la agricultura y el comercio, que venía a arraigarse. A urbanizar, a construir iglesias y escuelas y, lo más importante, a procrear familias que dirigirían los destinos de una nueva patria. Por tanto, son estos linajes que se establecieron en nuestra isla en los doscientos años subsiguientes a su conquista, y no los conquistadores, que bajo rara excepción, no enraizaron en nuestro suelo, a los que tendríamos que considerar como los verdaderos precursores de la nacionalidad cubana.

De la gran cantidad de familias advenidas en el siglo XVI, son muy pocas las que llegan a la actualidad por línea de varón, e incluso por líneas femeninas. De acuerdo a las más recientes investigaciones realizadas por nuestros mejores entendidos en estos menesteres, solamente llegan a nuestros días, por varonía, unas 33. 9 Claramente, que de las establecidas en el siglo XVII, tratándose de una cantidad tan superior, el número de las que han perdurado tiene que ser también mucho mayor. Demasiadas para poder enumerarlas en un trabajo como este. Lo significativo, es como los descendientes de aquellos corajudos pobladores, que un día decidieron salir de sus hogares en pos de nuevos horizontes hacia un mundo nuevo y desconocido, consecutivamente, generación tras generación, han sabido mantener la estatura de sus antepasados, y en algunos casos superarla, ocupando las posiciones más señeras en la historia de nuestra patria, como habremos de apreciar en el desarrollo de las sinopsis genealógicas que hemos incluido a continuación de la siguiente relación de familias fundadoras y pobladoras.

Las familias más conocidas de las fundadoras y pobladoras de las siete primeras villas y del pueblo de San Juan de los Remedios
Ordenadas según la villa de su asentamiento original

1ª – Entre las familias fundadoras y pobladoras más conocidas de Baracoa, la primera villa fundada por Velázquez, podemos mencionar las siguientes:

Siglo XVI – Briviesca de, Cortés, Grijalva, Holguín, Juárez-Pacheco, Marcaida, Ruiz, Velázquez de Cuéllar, Verdugo.

Siglo XVII – Ramírez de Aguilar.

2ª – Entre las familias fundadoras y pobladoras más conocidas de Bayamo, la segunda villa fundada por Velázquez, podemos mencionar las siguientes:

Siglo XVI – Agramonte, Borrero, Cabrera, Guerra-Montejo, Hernández de Medina, Marrón, Milanés, Miranda, Pacheco, Paneque, Plates de, Pérez de Grado, Remón, Soria de, Tamayo, Ulloque, Varona, Vázquez-Valdés de Coronado, Vega de la, Zayas-Bazán de.

Siglo XVII – Agüero, Aguilera, Arancibia, Arias, Benítez, Borrero, Céspedes, Cisneros, Figueredo, Fonseca, Fuerte, González de Rivera, Infante, Isasi, Leyba, Jerez de Mendoza, Mojena, Noguera, Odoardo, Orellana, Pabón, Palacín, Pardo de Aguiar, Piña, Proenza, Puebla, Ramírez de Arellano, Ricardo, Sarmiento, Silva, Silveria, Socarrás, Téllez, Torres-Ávila, Torres-Quesada, Zambrano, Zavala.

3ª – Entre las familias fundadoras y pobladoras más conocidas de Sancti-Spíritus, la tercera villa fundada por Velázquez, podemos mencionar las siguientes:

Siglo XVI – Aceituno, Almeida, Alonso, Arias, Ávila de Velasco, Baracaldo, Cepeda, Díaz, Fuente de la, González, Hernández de Córdoba, Ibarra, Jiménez, Juárez de Figueroa, López, Morante de, Moreno de Ontiveros, Ochoa de Caicedo, Oviedo, Páez, Pérez de Corcho, Prieto, Quintero, Rodríguez de Albor, Rodríguez de Córdova, Ruiz de Valdivia, Sánchez, Suazo.

Siglo XVII – Aguilera de la, Bustamante, Cadenas, Cancio, Cañizares, Castañeda, Castellón, Castillo del, Echemendía, Fernández-Morera, García de Aranda, Gómez, Gutiérrez, López de Cuéllar, Luna, Machado, Madrigal, Marín, Martínez de Moya, Obregón, Palmero, Peralta, Reguera, Rodríguez-Gallo, Rodríguez-Vanegas, Rojas, Valentín, Venegas.

4ª – Entre las familias fundadoras y pobladoras más conocidas de Trinidad, la cuarta villa fundada por Velázquez, podemos mencionar las siguientes:

Siglo XVI – Castellanos, Catalán, Destacio, Espinosa, Hernández-Portocarrero, Medina de, Ortiz de Zúñiga, Pablo Vélez, Peláez, Pérez-Naharro, Ponce de León, Quiñones, Rangel, Sandoval, Vázquez, Velázquez de León, Ysaga.

Siglo XVII – Alfonso del Manzano, Bernal, Fernández de Lara, González-Iglesias, Lebrón de Aldana, Polo de la Vega, Ponce de León, Ponciano de Escacena, Pozo, Valdespino, Zerquera.

5ª – Entre las familias fundadoras y pobladoras más conocidas de Puerto Príncipe, la quinta villa fundada por Velázquez, podemos mencionar las siguientes:

Siglo XVI – Argote, Aguado, Balboa, Becerra, Caballero, Cerda de la, Consuegra, Cova de la, Díaz, Lagos-Mexías, López, Olón, Orellana de, Ovando, Porcallo de Figueroa, Rojas, Sánchez, Sifontes, Toro de, Torre de la, Valencia, Zayas-Bazán de.

Siglo XVII – Basulto, Batista, Borges, Boza, Bringas, Castellanos, Estacio, Ferral, Guerra-Montejo, Guillén del Castillo, Miranda, Molina, Nápoles, Olazábal, Porro, Sánchez-Pereira, Socarrás, Urra, Velasco, Villavicencio.

6ª – Entre las familias fundadoras y pobladoras más conocidas de La Habana, la sexta villa fundada por Velázquez, podemos mencionar las siguientes:

Siglo XVI – Abad, Ábalos de, Acosta, Aguiar, Aguirre, Alcaraz, Alemán, Alfaro, Alfonsín, Alia de, Almeida, Alquízar, Altamirano, Alvarado, Amaya, Anaya, Andino, Antigua, Antón, Antúnez, Aponte, Aragón, Arana de, Arce de, Argüelles, Argüello, Armendáriz, Armenteros, Armijo, Arroyo, Asencio, Ávalos, Avellaneda de, Avilés de, Ayllón, Baca-Rengifo, Baena, Báez de Carvajal, Baeza, Balmaseda, Barba de, Barbosa, Barrios, Bastidas de, Basulto, Batista de Alfaro, Bazán, Bejarano, Bernal, Bohorques, Bono de Quexo, Calona, Calvo de la Puerta, Cárdenas, Carreño, Castellar, Castillo, Cepero, Chirinos, Cordero, Doria, Fernández-Pacheco, Gamboa, Gama de la, González de la Torre, Guilizasti, Gutiérrez, Hidalgo-Gato, Inestrosa, Iranzo, Justiniani, Lara, Leal, Ledesma, Lobera, Luján, Madrid de, Maldonado, Manibardo, Manresa, Manrique, Manrique de Mexías, Manrique de Roxas, Marrero, Marroquín, Martel, Matos, Mazariegos, Medrano, Mendizábal, Mojica, Molina de, Montalván, Montalvo, Montañez, Monte, Montejo, Morales, Oquendo, Pacheco, Pedroso, Peralta, Pérez-Borroto, Pérez de Bullones, Pérez de Ordaz, Quiñones, Recio, Roxas, Salgado, Soto de, Sotolongo, Veloso, Villaroel, Zapata.

Siglo XVII – Águila, Alarcón-Ocaña, Almirante, Ambulodi, Antonio-Gómez, Arancibia, Aranda, Arango, Arriola, Arteaga, Ayala, Barreda, Barrera, Barreto, Barroso, Bayona, Bernal López de Lusa, Berroa, Blanco de Brizuela, Bravo de Acuña, Borges, Bucarelli, Burón, Carrillo de Albornoz, Carmona de Albornoz, Castellanos, Castilla, Castro-Palomino, Chacón, Coca, Coronado, Cervantes, Díaz de León, Díaz-Pimienta, Duarte, Eligio de la Puente, Espellosa, Espinosa de Contreras, Estrada, Fernández de Velasco, Fernández-Pacheco [otra] Fernández-Poveda, Figueroa, Florencia, Franco, Fuentes, Gatica, Garro, Gamboa-Riaño, García-Menocal, González-Carvajal, González de Alfonseca, Guillén del Castillo, Guzmán de Santoyo, Jáuregui, Lima, Lobayna, López-Abreu, López de Gamarra, Loza, Manes, Martínez de Campos, Meyreles, Molina, Morejón, Muñoz, Muñoz de Roxas, Murguía, Núñez del Castillo, Núñez de Villavicencio, Ordóñez de la Marcha, Orta, Ortiz de Matienzo, Osorio de Pedroso, Ozeguera, Palma-Veloso, Pastrana, Perdomo, Peñalver, Pérez-Barnuevo, Pérez de Olano, Piedra, Pita de Figueroa, Prado-Carvajal, Quijano, Reyes-Gavilán, Rodríguez del Junco, Rodríguez-Morejón, Rodríguez-Vigario, Roque de Escobar, Ruiz-Tagle, Salazar, Santa Cruz, Sardiña, Sardo de Arana, Torres-Ayala, Solís-Puñales, Valdés, Valdespino, Valero-Guzmán, Velázquez de Cué llar, Vizcaino de la Rosa, Xenes, Zaldívar, Zambrana, Zenea.

7ª – Entre las familias fundadoras y pobladoras más conocidas de Santiago de Cuba, la séptima villa fundada por Velázquez, podemos mencionar las siguientes:

Siglo XVI – Álvarez de Castro, Andrada, Aperti, Ávila de, Ayala, de, Barba, Bazán, Briceño, Calvillo, Castillo de, Castro de, Cisneros, Cortés, Duero de, Duque de Estrada, Guzmán de, Holguín de, Hernández de Medina, Holden, Lara, Lares, Laso de la Vega, López de Medina, Martín, Miranda de, Montejo, Moya, Mundaca, Muñoz, Nájera, Núñez de Guzmán, Ochoa de Caycedo, Parada de, Paz de, Pérez de Angulo, Ramos, Rodríguez, Rodríguez-Gallego, Roxas, Ruís, Santa Clara, Santa Cruz, Segura de, Soto de, Tamayo, Torre de la, Tovar, Vallecillo de, Vardeci, Velázquez, Viamonte-Navarra, Villegas, Xerez.

Siglo XVII – Angulo, Betancourt, Blanco de Anaya, Bravo, Caballero, Colás, Carrión, Castillo, Correoso-Catalán, Cervantes, Duany, Ferrer, González-Regüeiferos, Hechavarría, Hernández, Herrera y Moya, Hierrezuelo, Izquierdo, López de Herrera, López de Queralta, López del Castillo, Machado, Mancebo, Montoya, Morales, Morales [otra], Mustelier, Orozco, Palacios-Saldurtum, Pina, Portuondo, Quiroga, Ramos, Rodríguez, Sánchez de Carmona, Santa Cruz-Pacheco, Santisteban.

8ª – Entre las familias fundadoras y pobladoras más conocidas de Remedios, pueblo fundado por Velázquez, podemos mencionar las siguientes:

Siglo XVI – Barba, Camacho, Díaz, Manso de Contreras, Márquez, Pavía, Porcallo de Figueroa, Rodríguez de Arciniega, Veitía.

Siglo XVII – Alba, Alfaro, Bejarano, Boscán, Campos, Carrazana, Castillo, Espinosa, González de Rojas, Gómez, Guevara, Guijarro, Gutiérrez, Hernández del Portal, Hernández del Portal, Hurtado de Mendoza, Jiménez, Lobato de Figueroa, Loyola, Monteagudo, Pérez de Alejos, Pérez de la Cruz, Pérez de Morales, Pérez de Prado, Raposo, Reinoso, Sarduy, Soria, Vidal.

Sinopsis genealógica del linaje del General Ignacio Agramonte y Loynaz «El Bayardo de la Revolución Cubana»

Ignacio Agramonte

El primero de este linaje en asentarse en la villa de Bayamo fue Clemente Agramonte, natural del Reino de Navarra de donde llegó a mediados del siglo XVI. Ocupó el cargo de Regidor. Allí contrajo matrimonio con María Ponce y Guevara, hija del Capitán Antonio Ponce, natural de Castilla, Regidor y Alcalde Ordinario de Bayamo, y de Isabel de Guevara. Sus descendientes pasaron muy pronto a Puerto Príncipe (hoy Camagüey), donde se desarrolla principalmente esta familia. Tuvieron por hijo, entre otros, a:

I. Jacinto Agramonte y Ponce. Nacido en Bayamo, contrajo matrimonio en esta villa con Leonor Francisca Duque de Estrada y Gutiérrez, hija del Capitán de Milicias, Manuel Duque de Estrada y Tovar, Regidor Perpetuo y Alcalde Ordinario de Bayamo, y de María Gutiérrez y Franco. Tuvieron por hijo, entre otros, a:

II. Manuel Agramonte y Duque de Estrada. Nacido en Bayamo, Capitán. Pasó a la villa de Puerto Príncipe donde contrajo matrimonio con Ángela Agüero y de la Torre, hija del Capitán Francisco Agüero y Bustamante, Tesorero de la villa de Puerto Príncipe, y de María de la Torre y Cabrera. Tuvieron por hijo, entre otros, a:

III. Francisco Agramonte y Agüero. Bautizado en la Parroquial Mayor de Puerto Príncipe el 4 de noviembre de 1674, donde testó el 16 de diciembre de 1722. Regidor y Alcalde Ordinario de su ciudad natal. Contrajo matrimonio en la mencionada Parroquial Mayor el 6 de septiembre de 1704, con María de Zayas-Bazán y de la Torre, viuda de Pedro de Velasco y Miranda [bautizada en la Parroquial Mayor de esa villa el 11 de octubre de 1672 y fallecida el 9 de mayo de 1740], hija del Alférez José de Zayas-Bazán y Barreda y de Juana de la Torre y Pérez-Naharro. Tuvieron por hijo, entre otros, a:

IV. Jacinto Agramonte y Zayas-Bazán. Nacido en Puerto Príncipe hacia 1715, donde testó el 10 de octubre de 1782. Alcalde Ordinario y Tesorero de la Santa Cruzada. Contrajo matrimonio en la Parroquial Mayor el 28 de agosto de 1739, con María Micaela Miranda y Vergara, hija del Capitán Julián Miranda y de la Torre, Alcalde Ordinario, y de Micaela Vergara y Miranda. Tuvieron por hijo, entre otros, a:

V. Jacinto Agramonte y Miranda. Bautizado en la Parroquial Mayor de Puerto Príncipe el 28 de julio de 1757. Alcalde Ordinario y Alguacil Mayor de la Santa Cruzada. Contrajo matrimonio en la Parroquial Mayor el 25 de diciembre de 1776, con María Loreto Recio y Miranda, hija del Regidor y Alguacil Mayor, Francisco Dionisio Recio y Agramonte y de Teresa Miranda y Agramonte, naturales todos de Puerto Príncipe. Tuvieron por hijo, entre otros, a:

VI. Francisco Agramonte y Recio. Bautizado en la Parroquial Mayor de Puerto Príncipe el 22 de agosto de 1783. Abogado, Regidor, Fiel Ejecutor y Secretario de Cámara de la Real Audiencia de su ciudad. Contrajo matrimonio en la citada Parroquial Mayor el 15 de octubre de 1807, con Francisca Sánchez-Pereira y Agramonte, hija del Regidor y Fiel Ejecutor, Francisco José Sánchez-Pereira y Miranda y de Rufina Agramonte y Miranda. Tuvieron por hijo, entre otros, a:

VII. Ignacio Agramonte y Sánchez-Pereira. Nacido en Puerto Príncipe el 23 de septiembre de 1813. Fallecido en Nueva York el 18 de noviembre de 1869. Regidor y Fiel Ejecutor del Ayuntamiento de su villa natal. Contrajo matrimonio en la Parroquial Mayor el 9 de enero de 1841, con María Filomena Loynaz y Caballero, hija de Mariano Loynaz y Guerra y de Antonia Caballero y Caballero. Tuvieron por hijo, entre otros, a:

VIII. Ignacio Agramonte y Loynaz. «El Bayardo de la Revolución Cubana».10 Nacido en Puerto Príncipe el 23 de diciembre de 1841. Bautizado en la parroquia de la Soledad el 6 de enero de 1842 con el nombre de «Ignacio Francisco de la Merced». Murió en acción de guerra en Jimaguayú el 11 de mayo de 1873. Al día siguiente por orden del gobernador español Ampudia sus restos fueron quemados y sus cenizas dispersadas, para simbólicamente borrar su existencia.

Mayor General del Ejército Libertador de Cuba, Abogado y brillante orador. El padre de la primera constitución cubana y el General más distinguido de la Guerra de los Diez Años. Se alzó en armas en el ingenio «Oriente» el 11 de noviembre de 1868. En 1869 fue miembro de la asamblea constituyente de Guáimaro, siendo nominado junto con Antonio Zambrana para la redacción de la constitución que dejará plasmada la República de Cuba. Este instrumento habría de regir mientras durase la guerra y unificaría a todas las tendencias independentistas de la Isla. Rezaba: «Todos los habitantes de la república son enteramente libres» . Fue esta la constitución que adoptó la «Bandera de Narciso López» (la actual) como única insignia nacional. El Gobierno en Armas inmediatamente lo nombró Jefe de Operaciones del Camagüey , y sin haber nunca recibido instrucción militar, logró organizar la mejor y más eficiente caballería de toda la guerra, brillando en sus combates contra fuerzas muchas veces mayores. «…fue un jefe de amplia autoridad, de espíritu organizador y acción sin cortapisas…». 11 «Fue el alma de la Revolución en Camagüey y el nervio de la guerra… Su vida y su muerte constituyen la gran lección que no deben desperdiciar los intelectuales cómodos y los doctores académicos» 12.

Casó con Amalia Simoni y Argilagos, hija de José Ramón Simoni y Ricardo y de Manuela Argilagos y Ginferrer, todos naturales de Puerto Príncipe. Con sucesión.

Sinopsis genealógica del linaje de Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo
«El Padre de la Patria»

Carlos Manuel de Céspedes

El primero de este linaje en asentarse en la villa de Bayamo fue Juan Antonio de Céspedes y Conde [hijo de Juan de Céspedes y de María Conde], natural de Osuna en Sevilla, de donde llegó en la primera mitad del siglo XVII. Ocupó el cargo de Alcalde Ordinario. Allí contrajo matrimonio con Ángela de Anaya y Vázquez-Valdés de Coronado, hija del Escribano Domingo Anaya, natural de Salamanca y de María Vázquez-Valdés de Coronado y Pérez de Naba, natural de Bayamo. Tuvieron por hijos, entre otros, a:

I. Juan de Céspedes y Anaya. Alférez. Nacido en Bayamo hacia 1645, donde contrajo matrimonio por 1665, con María de Zayas-Bazán y Barreda [nacida en Puerto Príncipe hacia 1646, donde testó en 1712], hija del Capitán Francisco de Zayas-Bazán y Roxas, Alcalde Ordinario de Puerto Príncipe, y de Beatriz de la Barreda y Guevara, naturales de Puerto Príncipe y de La Habana, respectivamente. Tuvieron por hijos, entre otros, a:

II. Martín de Céspedes y Zayas-Bazán. Nacido en Bayamo hacia 1668, donde testó en 1758. Alcalde de su ciudad natal en 1735. Contrajo matrimonio en Bayamo en 1706, con Ana Antonia de Aguilera y Duque de Estrada, hija de Marcos Aguilera y Amoreto, Regidor y Alcalde de Bayamo, y de Ángela Duque de Estrada y Céspedes. Tuvieron por hijos, entre otros, a:

III. Manuel de Céspedes y Aguilera. Nacido en Bayamo hacia 1709. Capitán. Contrajo matrimonio con Bárbara Josefa Guerra y García Blanco, hija de Francisco Guerra y Pardo y de María de la Cruz García-Blanco y González-Reinaldos. Tuvieron por hijo, entre otros, a:

IV. Manuel Hilario de Céspedes y Guerra. Subteniente. Nacido en Bayamo hacia 1743, donde contrajo matrimonio con Antonia Luque y Fontayne, hija del Capitán Antonio y de Francisca. Tuvieron por hijo, entre otros, a:

V. Jesús María de Céspedes y Luque. Nacido en Bayamo hacia 1774, donde contrajo matrimonio con Francisca de Borja del Castillo y Ramírez de Aguilar, hija del Subteniente Francisco de Borja del Castillo y Miranda y de Isabel Ramírez de Aguilar y Nogueras. Tuvieron por hijo, entre otros, a:

VI. Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo. «El Padre de la Patria».13 Nacido en Bayamo el 18 de abril de 1819. Bautizado en la parroquia de San Salvador el día 26 del mismo mes y año. Murió en acción de Guerra en San Lorenzo, provincia de Oriente, el 22 de marzo de 1874.

Abogado. Primer Presidente de la República de Cuba en Armas (abril 12, 1869 – octubre 27, 1873). El 10 de octubre de 1868 en ejemplar demostración de patriotismo y de civismo, le prendió fuego a su ingenio azucarero «La Demajagua» , liberó a sus esclavos y proclamó la Independencia de Cuba. Esa sublevación conocida como «El Grito de Yara» marca el inicio a la «Guerra de los Diez Años» que, si bien no logra la independencia, dejará para siempre engendrado el germen revolucionario que a la postre emanciparía a la nación cubana. En 1870 el gobierno español trató de persuadirlo a rendirse, a cambio de la vida de su hijo menor «Oscar» a quien tenían prisionero; a lo que respondió: «Oscar no es mi único hijo, yo soy padre de todos los cubanos que luchan por la independencia de Cuba». Su hijo fue fusilado.

Por pugnas, intrigas internas y por la usual ingratitud de los seres humanos, fue canallescamente destituido de sus cargos en el gobierno revolucionario. Humillado se retiró a la finca San Lorenzo, un enclave en las laderas del Pico Turquino, donde se entregó a educar a los niños de esa intrincada comarca. Las autoridades españolas informadas de su paradero y de sus planes para escapar a Jamaica, enviaron a su aprehensión a un contingente de «guerrilleros». Céspedes que se encontraba solo, no pudiendo llegar a su caballo para huir, se les enfrentó y se dirigió a una barranca para terminar con su vida antes de ser capturado; fue herido en una pierna y mientras se deslizaba al abismo fue rematado. Luego el cadáver fue arrastrado cuesta arriba por las escarpadas rocas de aquel despeñadero dejando a su paso una estela de trozos de su cuerpo que su hijo recogió al día siguiente. Así fue el final de nuestro heroico pariente.

Casó por primera vez con María del Carmen de Céspedes y del Castillo, hija de Francisco José de Céspedes y Luque y de Catalina del Castillo y Ramírez de Aguilar. Con ilustre sucesión. Casó por segunda vez con Ana María de Quesada y Loynaz, hija de Pedro Manuel de Quesada y Quesada y de Carmen Loynaz y Miranda. Con ilustre sucesión.

Sinopsis genealógica del linaje de Pedro Figueredo y Cisneros «Perucho»
Autor del himno nacional cubano

Pedro Figueredo

El primero de este linaje en asentarse en la villa de Bayamo fue Blas Figueredo e Isasi, natural de la Isla de Jamaica, de donde llegó a mediados del siglo XVII. Hijo del Capitán de Infantería de Milicias, Blas Figueredo y Fuentes, Sargento Mayor, Alcalde Ordinario, Gobernador y Capitán General Interino de Jamaica, y de Isabel de Isai y Arnaldo, todos naturales de la mencionada Isla de Jamaica. Contrajo matrimonio con Ana de la Torre y de la Cova, hija de Juan de la Torre y Sifontes y de Isabel de la Cova y Consuegra, todos naturales de Puerto Príncipe. Tuvieron por hijo, entre otros, a:

I. Antonio Figueredo y de la Torre. Nacido en Bayamo hacia 1670, donde contrajo matrimonio con María Josefa de Torres-Quesada y Aguilar, hija de Andrés de Torres-Quesada y Guerra-Montejo y de Catalina de Aguilar y Leyva, todos naturales de Bayamo. Tuvieron por hijos, entre otros, a:

II. Antonio Figueredo y Torres-Quesada. Nacido en Bayamo hacia 1700, donde contrajo matrimonio con Beatriz de Céspedes y Aguilera, nacida hacia 1708, hija del Alcalde Martín de Céspedes y Zayas-Bazán y de Antonia de Aguilera y Duque de Estrada, todos naturales de Bayamo. Tuvieron por hijos, entre otros, a:

III. Bernardo Antonio Figueredo y Céspedes. Nacido en Bayamo hacia 1738. Depositario General, Regidor y Alcalde Mayor Provincial de Bayamo. Contrajo matrimonio con Ana María Pabón e Infante, hija del Regidor y Alcalde Mayor Provincial, Felipe Pabón y Fonseca y de Eugenia Infante y Estrada, todos naturales de Bayamo. Tuvieron por hijo, entre otros, a:

IV. Bernardo Ángel Figueredo y Pabón. Nacido en Bayamo hacia 1778. Regidor y Alcalde Mayor Provincial de Bayamo. Contrajo matrimonio en la parroquia de San Salvador de Bayamo el 22 de abril de 1817, con Eulalia Cisneros y Figueredo, hija de Pedro Felipe Figueredo y Estacio y de Josefa Figueredo y Ramos. Tuvieron por hijos, entre otros, a:

V. Pedro Felipe Figueredo y Cisneros. «Perucho Figueredo».14 Nacido en Bayamo. Bautizado en la parroquia San Salvador el 12 de marzo de 1818. Murió en Santiago de Cuba el 17 de agosto de 1870.

Abogado, hacendado, distinguido patriota cubano, autor del Himno Nacional de Cuba.15 Fundó en La Habana «El Correo de la Tarde» y en Bayamo «La Filarmonía» . Presentó en su ciudad natal, obras teatrales de su propia cosecha. Se alzó en armas contra el gobierno colonial a principios de la «Guerra de los Diez Años» (1868) e improvisó la letra de nuestro Himno Nacional el 20 de octubre del propio año. Fue apresado por los españoles y fusilado mientras entonaba las últimas estrofas de nuestro himno «…QUE MORIR POR LA PATRIA ES VIVIR» 16

Casó con María Isabel Vázquez y Moreno 17. Con sucesión femenina.

Sinopsis genealógica del linaje de Tomás Estrada y Palma
«Primer Presidente de la República de Cuba»

Tomás Estada Palma

El primero de este linaje en asentarse en la villa de Bayamo fue el Capitán Andrés Duque de Estrada,, natural de la Salamanca, hijo del Capitán de la Infantería Española, Francisco Duque de Estrada y Valderrama, natural de Asturias, y de Luisa López de Estrada, natural de Salamanca. Llegó a mediados del siglo XVI como Lugar-Teniente del Capitán General y Gobernador, siendo al poco tiempo nombrado Teniente Gobernador de Santiago de Cuba, atribuyéndosele la construcción de la edificación de la iglesia parroquial de la villa de Bayamo. En el año 1568 hizo un informativo de su nobleza ante el Alcalde Ordinario de Santiago de Cuba, Pedro Álvarez de Castro. Contrajo matrimonio en la mencionada villa de Santiago de Cuba con Leonor Tovar y Pacheco, hija del Capitán Baltasar Pacheco y Vardeci y de Leonor Tovar y Sandoval. Tuvieron por hijo, entre otros, a:

I. Manuel Duque de Estrada y Tovar. Nacido en Santiago de Cuba hacia 1580, de donde pasó luego a la villa de Bayamo. Capitán de Milicias y después Regidor Perpetuo y Alcalde Ordinario de Bayamo. Contrajo matrimonio en la referida villa el 26 de diciembre de 16 [..], con María Gutiérrez y Franco, hija del Regidor Juan Francisco Franco y de Isabel Palacín y Gutiérrez. Tuvieron por hijos, entre otros, a:

II. Andrés Duque de Estrada y Gutiérrez. Bautizado en la parroquia de San Salvador de Bayamo el 1º de julio de 1615. Fallecido en 1692. Regidor Perpetuo de su ciudad natal. Tuvo tres matrimonios: primero casó con Antonia de Céspedes de cuyo matrimonio se procrearon un hijo y dos hijas. Al enviudar, casó con Jerónima de Zayas-Bazán y Barreda, natural de Puerto Príncipe, hija del Capitán Francisco de Zayas-Bazán y Roxas, Alcalde Ordinario de Puerto Príncipe en 1636, y de Beatriz de la Barreda y Guevara, naturales de Puerto Príncipe y de La Habana, respectivamente. De este matrimonio enviudó sin dejar sucesión. Contrajo terceras nupcias en la parroquia de San Salvador de Bayamo el 1º de marzo de 1671, con María de la Vega-Mendoza y Guevara, hija del Capitán Manuel de la Vega y Mendoza, Alcalde Ordinario de dicha villa, y de Costanza Jacobina de Guevara. Tuvieron por hijo, entre otros, a:

III. Juan Duque de Estrada y de la Vega. Bautizado en la parroquia de San Salvador de Bayamo el 2 de septiembre de 1673. Teniente y Alcalde Ordinario de Bayamo. Contrajo matrimonio en la referida parroquia el 28 de diciembre de 1692, con Ana Antonia Silva y Tamayo, hija del Alférez Bartolomé Luis de Silva y Acosta, Alcalde Ordinario de Bayamo y de Ana Ferral y Tamayo. Tuvieron por hijo, entre otros, a:

IV. Manuel Duque de Estrada y Silva. Bautizado en la parroquia de San Salvador de Bayamo el 31 de mayo de 1706.Capitán de Milicias, Síndico Procurador General y Alcalde Ordinario de su ciudad natal. Contrajo matrimonio en la mencionada parroquia el 1º de diciembre de 1726, con Beatriz Ramírez de Arellano y Téllez, hija de José Ramón Ramírez de Arellano y Santisteban, Alcalde Ordinario, y de Luisa Manuel-Téllez y de la Vega. Tuvieron por hijo, entre otros, a:

V. Manuel Duque de Estrada y Ramírez de Arellano. Bautizado en la parroquia de San Salvador de Bayamo el 31 de agosto de 1727. Alférez de Milicias, Regidor y Alcalde Ordinario de Bayamo. Contrajo matrimonio en la mencionada parroquia el 10 de abril de 1747, con Francisca Antonia Odoardo y Tamayo, hija de Pablo Odoardo y Núñez de Cabrera, Teniente de Milicias y Alcalde Ordinario, y de Manuela Tamayo y Milanés. Tuvieron por hijo, entre otros, a:

VI. Manuel Duque de Estrada y Odoardo. Bautizado en la parroquia de San Salvador de Bayamo el 5 de julio de 1749. Abogado, Regidor, Alcalde Ordinario y Alguacil Mayor de dicha villa. Incorporado al Real Cuerpo de Marina. Contrajo matrimonio con María Teresa de Palma y Odoardo, hija del Capitán Gabriel Ignacio de Palma y Aguado, Síndico Procurador General, Alcalde Ordinario y Alguacil Mayor del Santo Oficio de la Inquisición, y de Catalina Odoardo y Leyba. Tuvieron por hijo, entre otros, a:

VII. Tomás Estrada y Palma. «Primer Presidente de la República de Cuba».18 Nacido en Bayamo el 9 de julio de 1832. Bautizado en la parroquia San Fructuoso de la Piedras Albas el 6 de agosto del mismo año. Murió en Santiago de Cuba el 4 de noviembre de 1908.

Abogado y Educador. Se alzó en armas contra el gobierno colonial en 1868, siendo elegido en 1869 a la asamblea constituyente de Guáimaro; Secretario de Relaciones Exteriores en 1876; Presidente de la República en Armas (marzo 29, 1876 – octubre 19, 1877). Fue hecho prisionero, encarcelado en el Morro de La Habana y luego deportado a las prisiones españolas, donde permaneció hasta el pacto del Zanjón en 1878. Se exilió entonces en Estados Unidos y luego pasó a Honduras. Regresó a los Estados Unidos donde ejerció como profesor y colaboró con José Martí en la Revolución del 1895. Desempeñó el cargo de Ministro de la República en Armas en los Estados Unidos. Finalmente, por votación abrumadora, fue electo a tomar posesión de la Primera Magistratura de la República el 20 de mayo de 1902. Fue un hombre austero y sin mácula. Su presidencia descuella por su decoro e integridad administrativos.

Casó en Honduras con Genoveva Guardiola y Arbizu, hija del General Santos Guardiola, Presidente de la República de Honduras, y de Ana de Arbizu. Con notable sucesión.

Sinopsis genealógica del linaje del Carlos Rojas y Cruzat
General del Ejército Libertador de Cuba

Brigadier Carlos Rojas

De la ilustre familia Sotolongo, una de las más antiguas de Cuba, que aparece asentada en La Habana, llega en la primera mitad del siglo XVI, Alonso de Roxas Sotolongo, natural de Madrid, hijo de Andrés de Madrid Sotolongo y de Isabel de Roxas. Desempeñó los siguientes cargos: Capitán de Caballería, Procurador General, representando los intereses de la Isla en la Audiencia de Santo Domingo de 1552 hasta Regidor del Ayuntamiento de La Habana en los años 1564, 68, 70 y 1576; Alcalde Ordinario y Tenedor de Bienes de difuntos en 1577. Alcalde Ordinario en 1585. Contrajo matrimonio con Juana Ximénez y Quintero. Tuvieron por hijo, entre otros, a:

I. Gaspar de Roxas-Sotolongo y Ximénez. Nacido en La Habana hacia 1573, donde murió el 28 de julio de 1631, habiendo testado ante Nicolás Guilizasti el 18 de abril de 1625. Contrajo matrimonio en la Parroquial Mayor habanera el 29 de diciembre de 1603, con Beatriz Muñoz y Velázquez, natural de Jamaica, hija del Capitán Miguel Muñoz y de María Velázquez. Tuvieron por hijos, entre otros, a:

II. Diego de Roxas-Sotolongo y Muñoz. Bautizado en la Parroquial Mayor de La Habana el 15 de diciembre de 1610. Fallecido allí el 29 de septiembre de 1677. Alcalde Ordinario en 1660; Alcalde de la Santa Hermandad en 1645 y 1671. Casó dos veces: la primera vez, el 2 de junio de 1641, con Clara de Roxas-Sotolongo y Cabrera de Montalván, hija del Licenciado Pedro de Roxas-Sotolongo y Argüelles, Comisario de la Santa Cruzada, y de María Cabrera de Montalván. Con la sucesión que sigue. Habiendo enviudado, contrajo segundas nupcias el 15 de diciembre de 1668, con Ángela de las Heras y Molina, hija de Pedro y de Isabel. Sin sucesión conocida. Del primer matrimonio, tuvo por hijo, entre otros, a:

III. Sebastián de Roxas-Sotolongo y Roxas-Sotolongo. Bautizado en la Parroquial Mayor de La Habana el 15 de febrero de 1644. Alcalde de la Santa Hermandad en 1691. Contrajo matrimonio en la mencionada parroquia el 22 de julio de 1676, con Juana Díaz de Garaondo y Vergara, hija del Licenciado José Díaz de Garaondo y Ximénez, Alcalde Ordinario de La Habana, Comisario Propietario del Santo Oficio de la Inquisición de Cartagena de Indias, Juez Visitador General de La Habana y de Guanabacoa, y de Leonor de Vergara y Mendoza-González. Tuvieron por hijo, entre otros, a:

IV. Diego de Roxas-Sotolongo y Garaondo. Nacido en La Habana hacia 1679. Alcalde de la Santa Hermandad en 1716. Contrajo matrimonio en la Parroquial Mayor el 21 de enero de 1718, con Catalina de Arteaga y Castro-Palomino, hija de Melchor de Arteaga y Roxas-Sotolongo y de Bárbara de Castro-Palomino y Borroto. Tuvieron por hijos, entre otros, a:

V. José de Roxas-Sotolongo y Arteaga. Bautizado en la parroquia del Espíritu Santo de La Habana el 5 de enero de 1720. Fallecido el 15 de junio de 1784, habiendo testado ante José María Rodríguez el día 1º del mismo mes y año. Subteniente del Regimiento de Infantería en 1754. Contrajo matrimonio en la parroquia del Cano el 26 de mayo de 1765, con María del Rosario Ozeguera y de la Vez, hija de Francisco de Ozeguera y Riva y de María Candelaria de la Vez y de la Fuente. Tuvieron por hijo, entre otros, a:

VI. José Ramón de Roxas-Sotolongo y Ozeguera. Bautizado en la parroquia del Espíritu Santo de La Habana el 10 de septiembre de 1768. Falleció el 15 de junio de 1823, habiendo testado, mancomunadamente con su mujer, el 16 de marzo de 1809, ante el Escribano José Díaz Rodríguez. Promovió un informativo de Nobleza la cual consta en el libro 49 al folio 24 de las actas del Cabildo de La Habana. Contrajo matrimonio en la parroquia del Espíritu Santo el 2 de julio de 1787, con Juana Josefa de Orta y Ozeguera, hija de Juan de Orta y Bello, Capitán de Caballería de Milicias, Síndico Procurador General, Mayordomo del Real Hospital de San Lázaro, y Proveedor General de Víveres, durante el sitio de La Habana por los ingleses, y de Nicolasa Ozeguera y de la Vez. Tuvieron por hijo, entre otros, a:

VII. Pedro María de la Merced de Roxas-Sotolongo y Orta. Nacido en La Habana el 18 de octubre de 1788 y bautizado en la parroquia del Espíritu Santo el día 28 del mismo mes. Contrajo matrimonio en la parroquia de San Luis del pueblo de Madruga, provincia de La Habana en 1830, con María de la Natividad Cachurro y Fernández del Campo, natural de La Habana, hija de Antonio Cachurro y González, natural de Palencia y de María de la Luz Fernández del Campo y Rodríguez del Junco, natural de La Habana. Tuvieron por hijo, entre otros, a:

VIII. Joaquín María de Rojas y Cachurro.19 Nacido en La Habana el 10 de octubre de 1832 y bautizado en la parroquia del Espíritu Santo el día 20 del mismo mes. Fallecido en la ciudad de Cárdenas, provincia de Matanzas el 29 de noviembre de 1905. Tesorero del Liceo de Cárdenas, Consejero del Banco de Crédito Industrial, Director del Hospital Civil Santa Isabel; Presidente de la Compañía de Gas, de la Refinería de Cárdenas, del Teatro Concha, y del Central Argorta; Presidente del Partido Liberal Autonomista de 1878 a 1896, y Alcalde Municipal de Cárdenas en 1898, encargándose de la administración de la Aduana, de la Capitanía del Puerto, y de la Policía Gubernativa. Contrajo matrimonio en la parroquia de La Purísima Concepción de Cárdenas en noviembre de 1860, con María Isabel Cruzat y Urbizu [nacida en La Habana el 13 de noviembre de 1839], hija de Carlos Pedro Cruzat y Palao, natural de Pensacola, en la Florida, y de Isabel María de Urbizu y Mendiola. Tuvieron por hijos, entre otros, a:

IX. Carlos María de Rojas y Cruzat. «General del Ejército Libertador de Cuba». Nacido en la ciudad de Cárdenas el 14 de marzo de 1862 y bautizado en la parroquia de San Cipriano de Guamacaro el 9 de julio del mismo año. Fallecido allí el 20 de septiembre de 1945. En su honor lleva hoy su nombre el antiguo pueblo de Cimarrones.

General de Brigada del Ejército Libertador Cubano, Alcalde Municipal de Cárdenas (1900-1901), Coronel de la Guardia Rural (1903), Brigadier e Inspector General de las Fuerzas Armadas Republicanas (1912), Jefe Interino del Ejército (1912-1913), Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Cuba en el Perú [cargo al cual renunció sin ocuparlo], Delegado de la Convención Constituyente sin haber participado por haber sido nombrado Secretario de la Guerra (1928); recipiente de la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica (1929) y Secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes (1933).

Graduado de Bachiller del Instituto de La Habana, matriculó en la Universidad a estudiar la carrera de Derecho, cual no terminó, trasladándose entonces a los Estados Unidos donde cursó estudios en la Universidad de Harvard.

El 26 de enero de 1896 se incorporó al Ejército Libertador como soldado, bajo el mando del General Lacret Morlot. Apenas al mes de haberse incorporado a la lucha, a propuesta del General Antonio Maceo, es ascendido al grado de Comandante, asumiendo el mando del regimiento de Cárdenas en el mes de marzo. Participó en los combates de: La Esmeralda, Rosario de Camarioca, San Francisco, El Tomeguín, Osado, Ojo de Agua, Santa Rosa de Digo, Coliseo, Guamacaro, La Fermina, Jovellanos, Cayro, Cuajaní, Piedras de Camarioca, Tierras Negras, Martel, ataque de los fuertes del Cangrejo y Camarioca y La Guarda; todos en la provincia de Matanzas. El 2 de enero de 1897 fue nombrado Jefe de la Brigada de Cárdenas Aceleradamente fue pasando por los grados de Teniente Coronel y Coronel hasta que, por iniciativa del propio Generalísimo Máximo Gómez, el 1º de junio del mismo año recibe el ascenso a General de Brigada.20

Casó dos veces: la primera vez, con Virginia Bacot y Edgar, de quien enviudó en 1890. Sin sucesión. Contrajo segundas nupcias con Raquel Andux y Teurbe-Tolón, hija de Luis Andux y Jiménez y de Elvira Teurbe-Tolón y Casado. Con notable sucesión.

Conclusión

Los españoles, una raza compuesta de múltiples etnias guerreras y emprendedoras; ibéricos celtas, fenicios, etcétera, incubaron en sus descendientes criollos el producto de esa milenaria composición genética y sazonada cultura, que inevitablemente habrían de producir un hombre nuevo, con sus cualidades y con sus defectos, pero con sus propias aspiraciones.

Ese legado, acentuado por la continuada endogamia, tan acostumbrada en aquellos primeros siglos coloniales de nuestra Isla, la influencia del aborigen y del negro, fueron los elementos que patentizaron el carácter del nuevo cubano. Un español aplatanado. La antítesis necesaria para el triunfo de los postulados separatistas. El mambí.

No hemos querido decir con esto, que todos nuestros próceres hayan sido miembros de estas familias hegemónicas de Cuba, ni que todos eran descendientes de españoles. Todos sabemos que muchos de nuestros libertadores y de nuestros pensadores, especialmente los de la última contienda, procedían de familias llegadas en los siglos XVIII y XIX; y que gran cantidad era de procedencia humilde, de variadas razas y nacionalidades, algunos de los más notables, inclusive. Pero, tal proyección nos extralimitaría de los perímetros de este pequeño ensayo.

Bibliografía adicional

  • Brighman, Kay, Cristóbal Colón, su vida y descubrimiento a la luz de sus profecías , Barcelona, 1990.
  • Cruz de del Pino, Dra. Mary, Camagüey (Biografía de una provincia), Academia de la Historia de Cuba, Habana, 1955.
  • Marrero, Leví, Cuba Isla abierta, poblamiento y apellidos (siglos XVI-XIX), Capiro, Puerto Rico, 1994.
  • Martínez Fortún y Foyo, José A., Anales y Efemérides de San Juan de los Remedios y su jurisdicción , Habana, 1930, Tomo I.
  • Martínez Fortún y Foyo, José A. y Arnaez y Rodríguez, Humberto, Diccionario Biográfico Remediano , Habana, 1960.
  • Moya, Dr. Pedro de, Santiago de Cuba, Historia y Folklore , Miami, 1993.
  • Pérez Luna, Rafael Félix, Historia de Sancti-Spíritus , Sancti-Spíritus, 1888, Tomo I.
  • Prado y Pardo, Capitán Pedro del, Familias Bayamesas , manuscrito inédito, Bayamo, 1775.
  • Rodríguez Altunaga, Rafael, Las Villas (Biografía de una provincia ), Academia de la Historia de Cuba, Habana, 1955.
  • Thomas, Hugh, La conquista de México , Editorial Planeta Mexicana, México, 2000.
  • Thomas, Hugh, Quien es quien de los Conquistadores , Salvat Editores, España, 2001.

Citas

  1. Santovenia, Emeterio S., Pinar del Río , Fondo de Cultura Económica, México, 1946, página 17.
  2. Monte y Tejada, Antonio del, Historia de Santo Domingo , Sociedad Literaria Amigos del País, Santo Domingo, 1890, de la página 175 a la 180.
  3. Monte y Tejada, Cap. VI, páginas 110 y 111: «Señor, porque sé que habreis placer de la grande victoria que nuestro Señor me ha dado en mi viaje vos escribo esta. Cuando llegué a la Juana seguí la costa della á poniente, y la fallé tan grande que pensé que seria tierra firme la provincial de Catayo; y como no fallé así villas y lugares en la costa de la mar, salvo pequeñas poblaciones, con la gente de las cuales non podia haber fablas, porque luego fuian todos, andaba yo adelante por dicho camino. Yo entendia harto de otros indios, que ya tenia tomados, como continuamente esta tierra era isla, é así seguí la costa della al oriente ciento y siete leguas, fasta donde facia fin; del cual cabo habia otra isla al oriente, distante desta diez é ocho leguas, á la cual puse nombre la Española: y fuí allí, y seguí la parte del setentrion así como de la de Juana.quince de febrero de noventa y tres.»
  4. Casas, Fray Bartolomé de las, Historia de las Indias , Ediciones del Continente, S.A., Florida, 1985, Tomo II, Cap. XLI, págs. 339-340: «Partió este Sebastián de Ocampo con dos navíos. el cual, según creo, fue por la parte Norte y la rodeó toda. entraron en el puerto que agora decimos de la Habana. De allí prosiguió adelante, al Poniente, y hallo el cabo de la isla, que hoy se llama el cabo o punta de Sant Antón. tornó hacia el Oriente por la costa sur, doblando el dicho cabo.».
  5. Testé, Pbro., Dr. Ismael, Historia eclesiástica de Cuba, Burgos, 1969, Tomo I, página 42: «Fr. Juan de Tesín no era sacerdote, sino un hermano lego, como queda dicho, aunque es evidente que pudo bautizarle o intentarlo aunque fuera lego».
  6. Maceo Verdecia, José, Bayamo, Habana, 1941, p. 12 : «Diego Velázquez, después del suplicio de Hatuey, en 1513, fundó la Villa de San Salvador, en Yara, provincia de Macaca.». Citando una obra de Roberto Mateizán, que considera definitiva, Cuba pintoresca y sentimental , dice : «a fines de 1514 fue trasladada la parroquia de San Salvador al pueblo indio de Bayamo, en donde comenzó a fomentarse la villa rápidamente con sus fértiles plantíos y la emigración de Baracoa que se inició desde ese mismo año, llegando a su apogeo en 1518. conservando el nombre aborigen, se le agregó a éste el que Velázquez puso al poblado fundado en el año anterior y de ahí el nombre actual de SAN SALVADOR DE BAYAMO».
  7. Wright, Irene A., Historia documentada de San Cristóbal de La Habana en el siglo XVI, Academia de la Historia de Cuba, Habana, 1927, Tomo I, p. 8 dice : «Conozco la tradición de que cuando esta traslación se efectuó, la Habana se estableció en la boca del río Almendares (la Chorrera), o tal vez en la caleta que después se llamó de San Lázaro; y he visto dos documentos que al mencionar «el pueblo viejo», parecen comprobarla. (2) [A. de I., 47-1-19]. El municipio primitivo de la Habana abarcaba toda la isla, desde más al este de Matanzas hasta el cabo de San Antón.»
  8. Martínez Escobar, Manuel, Historia de Remedios, Habana, 1944, pág. 13.
  9. Hurtado de Mendoza, Enrique, Familias establecidas en Cuba desde el siglo XVI, que llegan al XXI por la línea agnada, Hidalguía, Núms. 304-305, año 51, Madrid, 2004.
  10. Zayas de la Portilla, Juan Bruno, Orígenes. Compendio histórico-genealógico del linaje Zayas. Descendencia del Infante Don Jaime de Aragón, Missouri, EE.UU., 2003, Vol. I, p. 136.
  11. La Enciclopedia de Cuba, Madrid, 1974, Tomo 4, págs. 421, 422, 426, 427, 428, 429, 440, 444, 445, 450, 465, 514, 573, 657 y 661.
  12. Roldán Oliarte, Esteban, Cuba en la Mano, Habana, 1940, p. 791.
  13. Zayas de la Portilla, Vol. I, p. 105.
  14. Zayas de la Portilla, Vol. I, p. 105.
  15. Santa Cruz y Mallén, Conde de San Juan de Jaruco y de Santa Cruz de Mopox, Grande de España, Francisco Xavier de, Historia de Familias Cubanas , T. VIII, p. 92
  16. Peraza Sarausa, Dr. Fermín, Diccionario Biográfico Cubano , Gainesville, Florida, 1966, Tomo II, págs. 26 y 27, nº 52.
  17. Santa Cruz y Mallén, Tomo VIII, erróneamente le llama Velázquez.
  18. Zayas de la Portilla, Vol. I, p. 107.
  19. Nieto y Cortadellas, Rafael, Genealogías Habaneras , Instituto Salazar y Castro, Madrid, 1995-1996, Tomo III, p. 291 y Tomo IV, p. 49: «Desde esta generación, el apellido Roxas-Sotolongo se convirtió en Rojas siguiendo la marcada tendencia que en el siglo XIX tuvieron tanto en Cuba como en otros países americanos muchas familias que ostentaban apellidos compuestos».
  20. Nieto y Cortadellas, Tomo III, p. 296. Anacrónico en las fechas que da para los ascensos a Teniente Coronel y Coronel. Dice: «Ascendido a Teniente-Coronel el 20 de abril de 1898 y a Coronel el 11 de septiembre de ese año» . Esto no es posible, ya que sabemos que recibió el nombramiento de Brigadier el 1º de junio de 1897. Quizás quiso decir 1896.