Después
de tan larga marcha desde que decidí
tomar la pluma para troquelar la
biografía de nuestros antepasados,
siento la conformidad de haber cumplido
mi cometido.
Sin reticencia,
sin engaños, sin falseamiento
de las realidades, esclavizado a
la fidelidad, me complace haber
rescatado a tantos parientes de
un pasado virtualmente desconocido
u olvidado; para que su energía,
inmortalizada en nuestra memoria,
sea modelo y orientación
en nuestras vidas; tal y como fueron,
puesto que… ¡En la verdad
es que está la belleza!
Anhelo haber
legado en esta obra una dote de
estímulo y reflexión.
Recordatorio, toque de diana para
los que, con o sin conocimiento
de causa, se hayan deslizado por
el despeñadero de la cantera
común. Apostolado para los
“pinos nuevos”,
que ansiosamente exploran en busca
de sus cimientos; el germen para
la formación de estos retoños
que, en su tiempo, invocarán
y emularán a sus precursores,
prorrogando ad infinito la exitosa
trayectoria de nuestro lustroso
linaje. Pues en fin… ¡Somos
lo que fuimos!
Juan Bruno Zayas
de la Portilla
jbzayas@zayaspublishing.com
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